¡La radioactividad! El morbo de la energía atómica

¡La radioactividad! El morbo de la energía atómica

¿Paciente y cristiana resignación? ¿Por qué?

Hablemos un poco. ¿Por qué no debería existir “alguien” que estimule a no resignarse? ¿Por qué no debemos esperar que este alguien intervenga para poner las cosas en su justo sitio?

¿Este Señor existe o no existe?

Ciertamente que existe y no es tan tolerante como muchos creen. Podría perder la paciencia de un momento a otro y actuar como ya hizo en el pasado con Sodoma y Gomorra, la destrucción de la Atlántida, el Diluvio Universal, etc., etc.

¿Por qué debería permitir ahora vuestra maldad más acrecentada que entonces? ¡Por qué decidme! Cuando hay toda clase de perversidades demoníacas que abarcan hasta lo infinito ¡Por qué no debería de hacerlo!

¿Os habéis preguntado por qué se ha desatado el Juicio Final? ¿Quizás habéis olvidado las palabras de advertencia? ¿Así como el sufrimiento de María la Virgen y sus reiterados mensajes para vuestra salvación? Acaso muchos de nosotros no estamos aquí, para recordároslo que, hemos rebasado el estado hipercrítico para entrar en el híper-caótico y pasar al de la Divina Justicia. Tengo que deciros una vez más, con toda seguridad que estamos en pleno Juicio esperando de un momento a otro el dictamen final.

Sé con la misma certeza que el Planeta Tierra está escrupulosamente observado por seres portadores de una ciencia impensable para el hombre. Son numerosos, están presentes y son invisibles para el ojo humano, así como hay otros que se hacen visibles para ciertas funciones a desarrollar.

¿Cual es su programa? El de obedecer a su Creador.

Ha sido muchas veces divulgado y repetido que estos seres son “los Ángeles de ayer, Extraterrestres de hoy”. Cuya definición abraza la historia antigua y moderna con acontecimientos hasta hoy no comprendidos, como deberían haber sido. ¿Os acordáis de las palabras dichas por el Maestro Jesús “Yo no soy de este mundo”

¿Qué quería decir?

¿Acaso era un ser venido desde las estrellas?

Se habla de seres venidos de las estrellas. ¡Existen hallazgos arqueológicos que lo confirman y avalan esta irrefutable realidad! No se pueden ni se deben ignorarlos.

Pues bien son estos Señores de las Estrellas quienes han regresado con una misión bien precisa que trata de modificar las nefastas actitudes de esta generación atraída perniciosamente por los maleficios degenerativos y autodestructivos

Sus intervenciones están en curso, aunque no se quieran entenderlas, buscan a desalentar este proceso involutivo. Suceden hechos clamorosos e inexplicables pero no por ello privados de profunda emotividad, capaz de inducir a pensar, a meditar y a deducir. Y otros acontecimientos ciertamente notables que impondrán al hombre a una serie de toma que conciencia y de conocimiento. Entonces, aún si para muchos será demasiado tarde, para el resto recomenzará una nueva vida, un nuevo modo de

vivirla y de amarla.

Hemos hablado un poco. Jacobo