Gobernantes, banqueros y otros que ostentan la jerarquía del poder económico mundial. No mediquéis los efectos de una crisis que habéis provocado sino más bien eliminar las causas que, alimentan cada vez más la desarmonía y el caos en la ciudadanía. Son necesarias leyes sabias y el absoluto e incondicionado respecto a todo, evitar las causas deletéreas que producen distonías en el sistema, alimentando el desorden y la injusticia.
Debéis curar las causas sino, no conseguiréis nada, es preciso evitar el gasto inútil en todas las formas, es necesaria la honestidad, la sabiduría y la aplicación total de la inteligencia en las estructuras útiles de la ciencia positiva y constructiva.
Es preciso estimular al máximo la fraterna concordia y alimentar también con severidad las buenas costumbres de una sociedad adistocráticamente espiritual además de politicamente correcta y pacifica. Si no tomáis medidas inteligentes, no escaparéis al caos galopante, os dedicará toda vuestra atención.
Hoy en día estamos en un callejón sin salida debido al hacer de los grandes gobernantes del mundo dirigidos por los poderos oscuros del Planeta, que dan salida a toda clase de crisis, para deshacerse de tres cuartas partes o más de la humanidad.
La Tierra está muy enferma, se vuelve cada vez más crítico su cósmico equilibrio debido a la energía nuclear, venenos vertidos en las aguas, en el aire y en la tierra produciendo toda clase de enfermedades y plagas destruyendo la morada que os ha sido confiada por el Arquitecto de esta pequeña molécula cósmica.
Las exhortaciones Celestes para un serio arrepentimiento no han sido tomadas en consideración, haciendo prevalecer los valores negativos a los positivos, el mal al bien, la muerte a la vida. Las recientes manifestaciones en el Cielo y en la Tierra quieren significar y con ellas, la presencia de Aquél que dijo también: “vendré como un ladrón en la noche” a fin que la Santa Justicia del Padre Celeste triunfe.
Los elegidos serán llamados y elevados entre las nubes al encuentro del Señor. Ese día está más cerca de lo que podáis imaginar.
Paz Jacobo
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