Os recuerdo una vez más.
¡No podéis destruir cuanto está destinado a ser salvado!
Para los hijos de la luz la muerte no existe porque pueden desnudarse y revestirse de materia cuando lo deseen.
Resurgen siempre porque son poseedores de la vida eterna y porque están ungidos por el Espíritu Santo
Es inútil que os afanéis para volverlos inofensivos, porque es imposible, con la carne o privados de ella, sus acciones no cesarán de abatir a los enemigos de Cristo. La Verdad es una fuerza y el Altísimo su escudo.
Estad a atentos a cuanto os proponéis hacer porque, en verdad seréis severamente juzgados por quien se apresta a regresar.
Así como debéis de saber que los hombres dioses han regresado. Hace un tiempo que una mujer conducía por la autopista de Munich (Alemania) Salzburgo. Contrariamente a sus costumbres, da pasaje a un joven rubio autopista vestido con pantalones tejanos y una mochila. El joven se sienta y se abrocha el cinturón de seguridad, después le dice a la señora. Soy el Arcángel Gabriel y he venido para anunciar el Juicio Universal.
La Señora se gira para mirarlo pero ha desaparecido dejando el cinturón de seguridad abrochado.
No os maravilléis, no es el primero ni será el último caso de este tipo, Son las cosas de otro mundo a las que os debéis, queráis o no, a acostumbrar. Es siempre inútil querer ridiculizar y ocultar la verdad Los hombres “Dioses” ya están sobre la Tierra y sus programas relacionados con esta generación adúltera y malvada, están prácticamente en curso. El resto lo veréis próximamente.
Paz Jacobo
